viernes, 24 de mayo de 2013

En Tierra Hostil: Un TEDAX en BOSNIA


"¿Qué ocurriría si algún día nos sucede algo aquí? Nada, es nuestro trabajo y así lo asumimos. Somos militares profesionales y si el Gobierno decide que tenemos que estar en Bosnia, venimos y cumplimos nuestra misión"[1], así describía su labor el Sargento 1º de la BRIPAC. Jorge Fernández Sánchez, en una de las conversaciones que mantuvo con los enviados especiales de "ABC" durante la visita que Felipe González hizo a la Agrupación "Madrid" en Octubre. El sábado 4 de Diciembre de ese mismo año, resultaría herido de gravedad [2] en una pierna como consecuencia de la explosión de una mina, mientras inspeccionaba la presa de Salakovac junto al capitán de Ingenieros Fernando Álvarez Rodríguez, perteneciente al regimiento de Pontoneros y Especialidades número 12, con base en Zaragoza. El capitán, jefe de la Unidad de Desactivación de Explosivos de la Agrupación -que ya había estado anteriormente en Bosnia junto a la AGT. "Málaga" (renunció a su sustitución, prefiriendo seguir en Bosnia al mando del TEDAX.) [3]-, alcanzado de lleno por la Claymore, fallecería en el acto. Al principio se informó que la había pisado, pero después se indicó que no podía descartarse que la hubiesen activado a distancia: A escasos metros de donde se había despeñado un BMR. tiempo atrás (19 de Junio), el equipo estaba reconociendo la presa para evaluar los desperfectos y se toparon con dos minas a la salida del túnel que daba acceso al puente y otra en la caseta de la presa.

El Comandante de Ingenieros del BiH.-Command ordenó a los TEDAX. españoles que desactivasen una de ellas, una mina casera con espoleta de tracción desconocida hasta entonces. Fue entonces cuando ésta explotó.El capitán Álvarez falleció cuando estaba reconociendo dos minas, una de las cuales, seguramente activada a distancia, estalló. La operación en la que participaba tenía como finalidad garantizar una vía segura para el paso de la ayuda humanitaria y la reconstrucción del puente de Bijela. La explosión hirió también de gravedad al sargento Jorge Fernández Sánchez y precedió a un intenso fuego desde la ladera croata, del que logró salir el convoy, tras recuperar a las dos víctimas del ataque” [4]... Según un comunicado emitido por la base española en Medjugorje, la patrulla reconocía el puente de Bijela y la presa de Salakovac, que regula el cauce del río Neretva y que actualmente se encuentra bajo control del Ejército bosnio. Fuentes UNPROFOR. en Zagreb añadieron que los cascos azules españoles vigilaban el paso de un transbordador militar que portaba ayuda humanitaria. La patrulla había salido a primera hora de la mañana de la base de Medjugorje a requerimiento del Cuartel General de UNPROFOR. en Kiseljak.

Las circunstancias en las que el capitán Fernando Álvarez topó con la mina a las 11:00 A.M., que le alcanzó de lleno, todavía no habían –ni han- sido concretadas. “Cuando la patrulla procedía a recoger a los dos cascos azules se produjeron unos disparos y explosiones provenientes de la línea de confrontación entre tropas croatas y musulmanas, aunque se desconoce el lugar exacto del origen de los disparos cruzados” [5]. En Zaragoza, sus amigos repetían ayer una y otra vez que el capitán Fernando Álvarez Rodríguez, de 33 años, sólo pudo morir víctima de la explosión de una mina-trampa: “Tuvo que ser una trampa. Si no fue una trampa, es imposible que la mina le estallara. Fernando era un experto y además conocía bien la zona” [6]. Uno de sus amigos, también militar, recordaba profundamente apenado -mientras contemplaba una foto recuerdo que se hicieron a bordo del buque “Aragón”, en Enero del 93, cuando navegaban rumbo a Bosnia-, cómo le despidió hace apenas dos semanas cuando el capitán Álvarez volvía por segunda vez [7] al “infierno bosnio”... Corrió la misma mala suerte que un oficial británico hace unos meses... La undécima baja mortal -11 días después de su reincorporación- en trece meses de misión. “El mayor sacrificio que España paga en su acción decidida de asistencia a las víctimas de esta sórdida guerra es la pérdida de sus propios hijos”, fueron las emocionadas palabras de S.M. el Rey al recibir a la Agrupación a la que pertenecía el caído.

Ya de regreso, Julián García Vargas –por su parte-  aprovechó el acto de disolución de la Agrupación para felicitar a los efectivos de la "Madrid" y agradecerles "el trabajo callado y desprendido" que habían desarrollado en Bosnia en favor de la pacificación y la reconciliación. Durante la ceremonia, se rindieron honores al capitán Álvarez, el único fallecido de la Agrupación ("el momento más duro de toda la misión" [8]). Para él, don Juan Carlos también tuvo palabras de recuerdo: "El mayor sacrificio que España paga en su acción decidida de asistencia a las víctimas de esta sórdida guerra, es la pérdida de sus propios hijos".

"Cuando una bala le partió su sueño,
de entre la tierra que tapó al soldado
dos magnolias subieron,
dos magnolias iguales que tenían
por raíces sus dedos...".

Otra forma de morir, otra forma -quizá la más sublime- de amor, que era la que unía al soldado con la tierra por la que había luchado, la tierra sobre la que había vertido su generosa sangre. En esas magnolias rimadas por Alberti y reverdecidas con nuestro llanto, crecían, unánimes e impávidas ante el acoso de la intemperie, el alma de un hombre heroico y el alma de la tierra bosnia por la que ese hombre había entregado su vida, el alma herida de España que seguía creyendo, como Machado, en otro milagro de la primavera: "Vi tantas lágrimas que no pude reprimir las mías en alguna ocasión. Vi a nuestros hombres, a los altos mandos de UNPROFOR., que venían a ver cómo era posible haber llevado a cabo esa locura soñada por los españoles. Vi, repito, a hombres avezados en el combate quitarse las lágrimas del rostro, ante aquella visión de la humanidad de la guerra. No se nos olvidará nunca" [9].

“¡Ha muerto mi capitán!...
¡Doblen todas las campanas:
que se callen los sollozos
y que se rompan las gargantas,
y que nadie añada llantos
al silencio de las armas…!
Nosotros, roncos de pena,
sacando afán de las almas,
llevaremos a tu gloria
la victoria que soñabas.
Con la victoria a tus pies
callaremos las campanas;
y para velar tu muerte,
Capitán de nuestra España,
¡haremos que en tu recuerdo
canten siempre nuestras armas!
(Demetrio Castro Villacañas -División Azul-: “Elegía y Promesa en la Muerte del Capitán Portolés”).

 

Un monolito, con una placa, recuerda al caído en la presa:

“U SJECANJE NA
KAPETANA INZINJERIJE
FERNANDA ALVAREZA RODRIGUEZA
NASTRADALOG NA DUZNOSTI
4 DECEMBRA 1993
SPOMENIK PODZIK SPABAT”.

(“SPABAT. En memoria del Capitán de Ingenieros Fernando Álvarez Rodríguez, fallecido en acto de servicio el 4 de Diciembre de 1.993”).




[1] M. Abizanda: “Un Casco Azul Español Muerto y Otro Herido Grave al Hacerles Explosión Una Mina en Bosnia”. “ABC”, Domingo 5 de Diciembre de 1.993, página 23.
[2] El teniente coronel Vicente Navarro, médico que lo acompañó durante todo el viaje desde Bosnia hasta el hospital Gómez Ulla de Madrid, diagnosticó "lesión contusa, amplia, extensa, con pérdida de sustancia, tanto ósea como muscular, en cara antero-interna de la tibia izquierda", añadiendo que "los principales daños son de carácter vascular y la lesión compromete el tercio inferior de la pierna izquierda". Tras una operación que duró seis horas, quedó internado en el hospital, en un estado "normal", según fuentes del mencionado hospital. Desafortunadamente, el Suboficial perdió la pierna.
[3] Se rumoreó que el capitán había regresado a Bosnia dada la escasez de especialistas en desactivación de explosivos que adolecía nuestro Ejército, afirmación que no tardaron en desmentir sus compañeros (S. N. "ABC", Diciembre de 1.993).
[4] Teresa Bricio: “Lo que Resiste al Bura”. ACN., Mostar, 15 de Junio de 2.004. Cuando los restantes miembros dé la patrulla acudieron a auxiliar a sus compañeros se produjeron varios tiros y explosiones en las proximidades, en la línea de frente entre las milicias del HVO. y la Armija. Los militares españoles aseguraban desconocer el origen exacto de los disparos.
[5]Un Capitán Español Muere en Bosnia al Estallar una Mina”. “La Vanguardia”, Domingo 5 de Diciembre de 1.993, página 6.
[6] Javier Torrontegui: “Un Auténtico Padrazo, Buen Cazador y Experto en Explosivos”. “El País”, 5 de Diciembre de 1.993.
[7] Durante el primer periodo (Enero-Mayo) de estancia en la antigua Yugoslavia, Fernando Álvarez formó parte del primer grupo de nueve oficiales y suboficiales expertos en explosivos que acudieron en apoyo de la agrupación destinada a Bosnia por el Ministerio de Defensa. El capitán renunció a lo largo de todo ese tiempo a los permisos que le correspondían para que, a causa de las dificultades que había para disponer de unos días libres, fueran sus hombres quienes disfrutaran del asueto.
[8]Suboficial Mayor Juan Rodríguez Liñán (Plana Mayor del ELAC. de la AGT. "Madrid"): "Los Militares Españoles lo Damos Todo en Bosnia". "Revista Española de Defensa" Nº 75 (Mayo de 1.994), página 87.
[9] Luis Carvajal Raggio: "Las Misiones de Apoyo a la Paz en Bosnia-Herzegovina", página 266.

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