lunes, 1 de abril de 2013

Sobre la Tortura y nuestras FAS


Zorras contra leones
Porque... torturando que es gerundio

Estas semanas me han llegado algunas noticias sobre nuestras Fuerzas Armadas que, aparte del primer titular que han provocado, me han resultado inquietantes. Digo inquietantes por el contexto; porque revelan con bastante nitidez qué estamos haciendo con nuestro ejército, en qué quieren convertirlo los políticos. Si no lo han logrado ya.
Por una parte, tenemos las informaciones o rumores acerca de torturas o supuestas torturas practicadas en Iraq hace casi diez años. Lo primero que me ha llamado la atención es la oportunidad de esas  revelaciones: aparecen en el diario El País, en un momento de clara debilidad de este gobierno, y hay muchas papeletas de que se tratase de un reportaje “congelado”. ¿Qué quiere decir “congelado”? Ni más ni menos que un artículo o noticia que no se ha publicado en cuanto el periódico ha cerciorado los datos; un reportaje que ha dormido el sueño de los justos, hasta que se ha considerado conveniente darlo a conocer. Conveniente porque conviene a la empresa editora o al sesgo ideológico del medio.

Asimismo, hay que tener en cuenta que la supuesta vejación se produjo tras la victoria electoral de José Luis Rodríguez Zapatero en 2004. Pero lo más significativo es el vídeo con que El País aspira apoya su noticia. Un vídeo que puede ser un auténtico fake grabado por cuatro amigos en un garaje, y que, en cualquier caso, sólo muestra media docena de patadas en el lomo de un personaje sin identificar. La escena apenas se prolonga más de medio minuto. Un juego de niños en comparación con cualquier manifestación en la que ciertos “indignados” propinan puntapiés a un policía. Sin embargo, la corrección política ha elevado el grito al cielo y al infierno, para denunciar “gravísimas violaciones de los derechos humanos”, como si el vídeo de El País fuera gore de la línea más sádica, algo propio de Pol-Pot o de Mengele. Pero no da para tanto, la verdad.
Luego leo que un soldado ha denunciado al Ministerio de Defensa, porque un arresto domiciliario le ha provocado ansiedad. Y el chaval ha ganado el juicio... ¡en un tribunal militar! Como si mañana un tipo sale de prisión y demanda al Estado por privarlo de su libertad y por alienarlo en una cárcel. A este soldadete que se había saltado la disciplina castrense, y por ello fue sancionado, lo van a premiar con 7.500 euritos.
¿Qué tipo de Ejército queremos? Es más: ¿queremos algo que merezca el nombre de ejército? ¿Somos conscientes de que en una guerra hay que mancharse las manos, y que hay que saber cuándo y cómo se pone coto a la manga ancha, sin caer en remilgos ni en excesos? ¿Sabemos que sin orden ni rigor no hay organización que funcione, y que, por esencia, un ejército es jerarquía y no democracia ni algodones? Por eso parafraseo el título de la película de Robert Redford: las zorras, desde su escaño en el Congreso, desde su sillón acolchado del Ministerio, desde su escritorio del periódico, pretenden que los leones se comporten como corderos y nos defiendan como lobos.

José María Sánchez Galera
Periodista y escritor, coautor de Vamos a contar mentiras (EDAF, 2012)
http://dietario.copa-america.org/

1 comentario:

  1. Estimados señores: leo con atención y dedicación sus páginas y les felicito pese a los "pequeños" errores históricos que observo, son disculpables. Pero no que no es permisivo son los comentarios tipo "Un juego de niños en comparación con cualquier manifestación en la que ciertos “indignados” propinan puntapiés a un policía". No se puede defender atacando sin razón (en la vida, no en elcampo de batalla).
    Un saludo.
    Fernando Muñoz Molina.

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