sábado, 26 de enero de 2013

Volviendo de GUINEA

Nos empeñamos en visionar películas bélicas rodadas por Hollywood sobre hazañas más o menos victoriosas de sus Rangers, sus Delta o sus SEAL., sin recordar que en la Historia de nuestras Fuerzas Armadas hay guiones fabulosos y dignos de inmortalizar en celuloide. Pongamos un ejemplo: En Marzo de 1.969, el presidente Macías se hizo con el control absoluto de Guinea Ecuatorial. En el territorio quedaban fuerzas españolas de la Guardia Civil y Policía Territorial, además de personal civil y miembros de comunidades religiosas. Los españoles corrían peligro y era preciso repatriarlos. El entonces capitán Julio Yáñez Golf, con su Unidad de Operaciones Especiales, estuvo allí: A primeros de Marzo, la Unidad de Infantería de Marina se encontraba en Fuerteventura, participando en las maniobras conjuntas “Atlantide-69” con el Grupo de Fusileros de la Marina francesa conocido como Groufumaco. Embarcada la Unidad española en el portaviones francés Clemenceau, durante casi una semana, la misión de los Boinas Verdes consistía en descender en paracaídas de noche en la playa para balizar donde desembarcaría la Infantería de Marina de los buques Aragón y Castilla.


El día 7, finalizadas las maniobras y hallándose en una recepción, se recibía la orden del almirante Nieto Antúnez para que la Unidad embarcase con destino a Guinea, como avanzadilla del Batallón de Desembarco que ya se encontraba en los Transportes de Ataque y Personal TA-11 Aragón y TA-21 Castilla, totalizando 400 Infantes de Marina. La operación estaba al mando del comandante general de la Flota, vicealmirante Manso, mientras que el mando de la Fuerza (Batallón de Desembarco más la UOE.) lo ostentaba el comandante de I.M. Monroy siendo su jefe de Plana Mayor el capitán Suárez.


La UOE. zarpó inmediatamente a bordo del crucero Canarias, sin bandera, para evitar ser reconocidos. Iban a toda máquina, a unos 33 nudos (esta urgencia estaba motivada por una posible intervención armada contra el Presidente Macías). Durante la navegación se realizaron las convenientes prácticas de tiro, defensa personal, combate cuerpo a cuerpo… Así comenzó la operación “Cayuco”, continuada por la operación “Ecuador” o de evacuación del personal y finalizada por la operación “Polar”, de regreso.


El Canarias atracó en Bata, donde repatriaron a la los efectivos de la Guardia Civil, a las órdenes del capitán Navarro, y a otros españoles, que regresaron en el Aragón. También recibieron a 8 monjas que llegaban a bordo del carguero Ernesto Anastasio. El resto del personal, incluidos los hombres de la Policía Territorial, regresaron a España en los dos transportes. Después, los Boinas Verdes se trasladaron a Fernando Poo con igual misión, siendo trasladados los civiles en los buques Ciudad de Toledo y Francoli (hay que aclarar que un mes antes ya había comenzado la evacuación de personal civil en los buques Ciudad de Pamplona y Villa de Bilbao hacia Tenerife). Aunque la posible intervención armada en tierra debía de coordinarse entre el capitán Yáñez, el capitán Navarro y el teniente de Infantería de Marina jefe de la Sección embarcada en el Pizarro, no hubo necesidad de efectuarla, resultando la operación menos complicada de lo que estaba previsto, pero la repatriación total llevó tiempo: Tres meses permanecieron en aguas de Guinea hasta ultimar la misión.


La posterior fase de Evacuación, se llevó a cabo con un gran control, pues se consideraba peligrosa ante la posible intervención de fuerzas del presidente Macías. Se procedió a reconocimientos de playas terrestres y submarinos; se dio seguridad a las embarcaciones LCM.´s que evacuaban al personal civil a los buques; se montaron controles y vigilancias de itinerarios y zonas y puntos de embarque y se ayudó al personal civil en las maniobras de embarque y transbordo, utilizando preferentemente la rampa del Club Náutico y la playa de Buena Esperanza.


Como dato anecdótico, aparte de la satisfacción del deber cumplido, los Boinas Verdes se trajeron de tierras guineanas cacatúas, varios loros y una chimpancé al que bautizaron “Mirinda” (regalado por el Capitán Navarro al Capitán Yáñez), convirtiéndola en la mascota de la recién creada Unidad de Operaciones Especiales (uniformada como un Boina Verde más, desfiló en más de una ocasión antes de acabar trastornada de la cabeza –nada de extrañar, después de algunos meses de convivencia con los miembros de la Unidad-, siendo donada al zoológico de Jerez, donde acabó sus días).


El día 26 de Marzo, se recibe a bordo una felicitación del Ministro de Marina y del Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada, por el celo, espíritu de sacrificio, magnífica preparación y ejemplar comportamiento durante la acción en Guinea. Por Decreto de 10 de Junio 1.969, el General Franco, a propuesta del embajador de Guinea, Pan de Soraluce, y del COMGEFLOT, otorga al comandante Monroy, jefe de la Fuerza de Infantería de Marina, la Encomienda de Número de la Orden al Mérito Civil y al Capitán Yáñez de la UOE., la Encomienda de la misma Orden.

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